Ayer, tal y como anunciamos en este blog y en otros sitios, tuvo lugar el I Cuentos en los Bares que promocionaba esta tímida Creatura y que nos ofreció Noemí, una de nuestras ilustres colaboradoras.
Con un público que se lo pasó estupendamente y que rozaba la cincuentena de atentos oyentes, nuestra querida colaboradora nos ofreció a parte de una variada muestra de su actividad como narradora oral unos divertidos ratos de monólogos humorísticos basados en su propia vida.
Los monólogos daban entrada a los cuentos y muchas veces eran más largos que estos. Muy divertidos los cuentos y los monólogos, como bien puede atestiguar el público que allí se congregó.
Era la primera vez que la mayoría asistíamos a una representación de este estilo. Y resulta sorprendente y divertido, tanto los monólogos como la intensidad de los cuentos, ver los movimientos de la narradora y las reacciones del público.
El primer cuento será siempre recordado, no sólo por ser el primero, sino por contar la tierna historia del desdichado alce Manolo, al cual, para su desgracia, se le cumplen los deseos. Unos cuantos cuentos más, algunos cortos, otros más largos, unos llenos de paradojas, de magia, otros de risas, de ternura o dramatismo, nos acompañó durante más de una hora que a la mayoría del público se le hizo corta.
Una salva de aplausos despidió a la narradora, que satisfecha y emocionada por actuar en su pueblo, dio las gracias a todos. Agradecimiento al que nos unimos desde Creatura, pues sin el público ninguno de estos actos tendría sentido.
Estad atentos a vuestras pantallas porque nuevos actos vendrán. Algunos de ellos se fueron gestando durante la noche de ayer.
El alce Manolo, pensando en su destino.
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