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miércoles, febrero 11, 2009

SUEÑO

Cristina soñaba. Incluso hay quien podría decir que era una soñadora. Soñaba dormida en su cama, y a veces despierta con los ojos abiertos y soñadores mirando algo fija pero distraídamente.
Había sueños que se le repetían de una manera cíclica. Y sobre todo había un sueño que le volvía quisiera o no.
Volaba en una alfombra mágica. La noche era perfecta, estrellada, cálida, los tejados eran fantásticos, preciosos, viajaba por lugares fabulosos. Pero en un momento que no sabía reconocer la alfombra se enganchaba y empezaba a deshacerse.
La alfombra se deshilachaba, se esfumaba debajo de ella. Un hilo quedaba solamente, un solo hilo del que se agarraba. El hilo continuaba volando con toda su velocidad por encima de los fantásticos, preciosos tejados.
Cristina agarrada al hilo pensaba en su suerte y temía caer definitivamente o chocar con algo. El sueño aquí tomaba cursos distintos. A veces despertaba justo antes de caer. A veces chocaba con un árbol o un pájaro o un tejado. A veces llegaba un caballero y la salvaba mágicamente, inverosímilmente.
Pero no estaba contenta con ese sueño. No le gustaba el final. Y se afanaba en soñarlo para soñarlo distinto, para soñarlo como ella quería. Y tenía, sólo a veces, el convencimiento de que nunca conseguiría soñarlo como quería. Y tenía, también a veces, la seguridad de que al final lo conseguiría, de podría acabar el sueño como ella quería.


Alfombra mágica

1 comentario:

Unknown dijo...

yo te quiero enseñar, un fantástico mundo, ven princesa y dejate llevar a un mundo ideal!!!!

Soñar es siempre tan bonito