Publicidad

miércoles, septiembre 16, 2009

¡POLICÍA!

Nuestro amigo el no policía llegó el otro día al bar. Ya allí todo el mundo le quiere y le ha aceptado. Y no pasa nada porque en lugar de alcohol beba gaseosa. Pidió su vaso de gaseosa con hielo y limón y le estuvo dando vueltas mucho rato, mucho rato, mucho rato.
Tenía la cara sombría, el gesto mustio, la sonrisa no aparecía en su cara. Vamos que estaba triste. Llegado un momento se bebió el vaso de gaseosa de un trago y pidió otro. Como su comportamiento no era nada normal, me acerqué a ver qué le pasaba, si es que le pasaba algo o es que ese iba a ser su comportamiento a partir de ahora.
Soy policía, me dijo. Sí, lo soy. Pero no soy un policía normal. El resto de policías beben, fuman, y hacen cosas mucho peores. Yo no. Creo en el cuerpo. Y en la ley. No llevo pistola fuera de horas de servicio. Así que no te preocupes. A esas alturas yo estaba tratando de deshacerme de cierto material de contrabando que poseía. Un CD pirata en concreto.
No te preocupes por el CD pirata, no voy a detenerte por eso. Podría. Y encarcelarte en la SGAE, pero no voy a hacerlo. Y ese es mi problema. Yo antes era un tipo sin amigos, sin cariño. Pero ahora soy un hombre. Tengo amigos, tengo relaciones, tengo a mi mujer. Y ahora no puedo detener a todo el mundo que yo quisiera o debiera. Y eso me está matando.
Este bar iría entero para delante si yo fuera el de antes. Pero no puedo. Y eso me está matando. No sé qué hacer. Yo le dije, detén a los malos, pero a los malos de verdad. Para mí todos los malos son igual de malos. Los que roban una gallina o los que fuman en sitio prohibido.
¿Por qué no empiezas a beber? A lo mejor así. Me miró con cara de esperanza, pidió un whisky.


Whisky, mucho whisky

No hay comentarios: