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lunes, noviembre 23, 2009

DEPORTISTAS

Zoilo se ha apuntado al gimnasio. Siempre he odiado un poco a los tipos de gimnasio. Porque creen que son más hombres que yo sólo porque levantan no sé cuántos kilos que no sé qué parte de su cuerpo. Y porque por más que hagas tú siempre serás un mariquita. Siempre desprecian el sudor ajeno.
Como Zoilo es médico ha conseguido de alguna manera un crecimiento prodigioso para su musculatura y su cuerpo. Es decir, que se ha puesto cuadrado. Y las consecuencias no han tardado en llegar: las mujeres se han vuelto locas por él.
Pero lo que no sabe nadie es que este crecimiento de Zoilo ha mermado otras partes. No, de esas yo no sé nada, aunque dicen que sí pasa. Yo me refiero, queridos amigos, a su simpatía.
Se ha convertido en un perdonavidas de primera. Nos mira con superioridad. A nosotros y a todos. Es un antipático de narices. Aún así las mujeres le siguen amando. No sé por qué no comprenden que con un deportista no tienen nada que hacer, que no las hará felices.
Podrán pasearlo donde quieran, pero no es divertido, no las hará reír. Y además siempre será más importante la relación que mantengan con sus compañeros de gimnasio, su bicicleta estática y su batido de proteínas que con ellas.
En fin, que Zoilo se las lleva de calle y a nosotros se nos llevan los demonios.


Odio a los cachitas de gimnasio, porque siempre desprecian mi sudor

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