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sábado, abril 10, 2010

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Sobre todo escribo de mí. De lo que veo. O siento. O creo que siento o quiero escribir que siento. Son palabras más de lo que no tengo que de lo que quiero. Por eso son palabras de niño, de esas veces que de niño quieres algo sólo porque no lo tienes. Y por eso escribo. Y camino. Y mis pasos tantas veces llevan a ti. Y por eso muchas veces pasa lo contrario. Que te odio y no te escribo y te ignoro. Y es como aquella vez que me miraste tan fija y tuve que mirarte, y me dijiste ya era hora, ya era hora de que me miraras. Camino y pienso en ti. Como tantas otras veces. Y pienso en que si no eres buena para mí eres al menos buena para mi escritura. Y sonrío.


1 comentario:

Ana R. Pastor dijo...

Preciosas son tus palabras, como siempre :)