Publicidad

miércoles, abril 28, 2010

PATOS III

Ahora cuando llegamos a casa de los conciertos los patos están allí esperándonos. Yo les llevo trozos de pan y cacahuetes. Y Felipe, que es un rancio, nada. De nada. Además como va con la gafapasta, ni los mira, porque a esa mujer le dan miedo las aves. Aunque se come el pollo asado que da gusto.

Algunos días les lleno la bañera y se ponen ahí a lo suyo. Se zambullen, nadan, cacarean. Lo normal, vamos. Se lo pasan pipa y yo viéndolos también.

¡Soy tan feliz con mis patos! Cuando les saco de paseo es muy divertido vernos andar en fila india. Los coches, cuando cruzamos las calles, se divierten un montón. Nos ven allí a todos cruzando juntos. Y no les importa que tardemos lo que sea en cruzar. Ni nos pitan ni nada.

Las chicas se vuelven locas por ellos. Hasta he conseguido varios teléfonos. Parecían un poco lumiescas, pero mira, antes ni eso. Así que mis patos y yo somos felices. Hasta Felipe es feliz, aunque no lo reconozca. Porque los patos le saludan y le quieren. Un montón. Hasta le acarician un poquito cuando viene de discutir con la gafapasta.

Así que así estamos.


Pato, pato

No hay comentarios: