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jueves, julio 08, 2010

EL DÍA QUE TODOS ESPERÁBAMOS

Y después del polvo, de la lluvia, de las caídas y de los amigos que han vuelto a casa con cosas rotas, más o menos, por fin tuvimos ayer un día tranquilo. Tanto que casi nos dormimos en el camino. Me dio tiempo a todo. A comerme un heladito, a disfrutar, por un día, de mi pastelito, a hablar con compañeros, a aprender un poco de holandés, a ver al tío del tridente que hacía mucho que no le veía.

En fin, que por fin tuvimos un día en el que pasó lo que tenía que pasar, vamos que el de siempre llegó el primero y los demás hasta tuvimos tiempo de disfrutar. A veces el aburrimiento es tan delicioso. Nos lo pasamos tan bien.

Luego me desperté lleno de una calma infinita, hasta las 20:30 que pasé un rato muy divertido. Qué vidorra me estoy pegando.


El tren

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