Como ya ha acabado la navidad y San Valentín aún está lejos, pensé que ya podía ver la tele con tranquilidad. Así que me puse a ello, sin pensar ni siquiera en lo aburrido que es. Simplemente quería disfrutar un rato de esa tranquilidad de no hacer nada y a lo mejor de un capítulo repetido de algo. Viva la tdt.
A los dos minutos de ponerla en todos los canales empezó la publicidad. Cuando ya llevaba un rato viendo anuncios, gracias a Dios no anuncios de colonia, ni anuncios donde mujeres pidieran sexo (siempre me han molestado que me pidan sexo por las buenas), me di cuenta de que sólo ponen anuncios de ópticas.
No sé por qué. Tal vez haya una revolución gafapasta en camino y nos aniquilen. No sé, al rato quise comprarme unas gafas, pero resulta que ya tengo unas. Y todo el mundo hace dos. Y no necesito tres gafas, así que no me las he hecho por ahora. Pero no lo descarto.
Gafapasta pidiendo a gritos...
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