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jueves, agosto 25, 2011

CIUDAD VACÍA III

Tocar la guitarra bajo el sol es un poco aburrido, aunque te pones muy moreno, así que lo dejé a los diez minutos y me fui al bar. Lo mejor del bar en verano es que no está el camarero de siempre porque coge vacaciones y te ponen otro que te pone más tapa de lo que hace el otro para ganarse tu confianza.

También hay gente que no va nunca, porque están de vacaciones pero no se pueden ir a ningún sitio. Así que aprovecho el verano para conocer gente. A los tres días de repetir por allí ya los conoces, al menos, por lo que toman. Cerveza. Clara. Sprite.

Entre los nuevos he conocido a un hombre un poco afeminado. Por suerte viene con otro hombre afeminado, así que lo pasamos muy bien los tres. El único momento malo es cuando se besan, que me da un poco de grima, pero tienen muchas amigas. El otro día me llevaron a una fiesta en la que triunfé como la coca cola, pero claro, era el único heterosexual. Cómo me gusta el verano en la ciudad.




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