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miércoles, octubre 26, 2011

26 DE OCTUBRE

La ciudad teme al invierno. Se precipita de repente a su alrededor y tiembla como una mujerzuela amenazada. La ciudad se queda gris y las noticias la amedrentan, predicen frío y viento y lluvia y la gente se encierra en casa con su odio y su dolor. La gente se encierra y dentro de las casas todo queda, todo queda dentro de las gentes que se callan y se muerden.
Estos días te recuerdo y recuerdo el amor que debí sentir por ti. Hace ya mucho tiempo. Tus orejas se ponían rojas por el frío. Y yo me ponía tierno viéndolas. Quería calentarlas y hablarlas. Pero no sé si lo hice. Mi búsqueda es absurda. Sé que no estarás por ningún lado. Y sé que otra debería ocupar tu lugar. Pero no quiero. Sólo quiero que la ciudad explote.
Los charcos reflejan los sucios edificios de la ciudad. Dentro de ellos está el sexo y la muerte y el asco y la maldad de las gentes. Se lanzan unos a otros, unos contra otros. Todo es efímero y doloroso. Todo es así sin ti. Todo está lleno de errores que sólo yo puedo corregir.
La ciudad teme al invierno. A mí no porque no sabe quién soy. Estoy perdido buscándote. Y sé que tú no me estás buscando a mí. Oír la palabra amor casi me hace sonreír.




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