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martes, abril 24, 2012

EN PORTADA: CON LAS BOTAS PUESTAS

Supongo que es la muerte que muchos quisieran. Tener ochenta años y no morir en un accidente, no morir de una larga y penosa enfermedad, no morir de un ataque mientras bajabas las escaleras. Morir en plena orgía de sexo, droga, alcohol y viagra.

A nadie le sorprende que esta noticia se haya dado en Italia, tal vez lo que sorprende es que no haya sucedido con su anterior Presidente. Para los que pensaban que era una especie única en el mundo, queda claro que no es así, que el país está lleno de abuelos marchosos que sólo piensan en jovencitas y en pasárselo bien.

Tal vez podrían dar un mejor ejemplo con su muerte. Tener una muerte abnegada y heroica luchando contra una enfermedad, o después de haber donado todo su patrimonio a una ONG, pero no ha sido así, ha muerto como vivió, de fiesta.

Si hay que morir, esta no es una mala opción. Es preferible no morir, pero ya que hay que hacerlo, que mejor que así, acariciado por tres prostitutas después de experimentar placer. Un nuevo ars moriendi.





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