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martes, agosto 14, 2012

MI PENE NO ME DEJA DORMIR

Mi pene no me deja dormir. Mantiene conmigo una lucha estúpida y ridícula. Cada vez que cierro los ojos, vibra, se mueve, crece. Cada vez que me doy la vuelta, se descoloca, se endurece, hace tope. Me obliga a cambiar la postura, a ponerme boca arriba, a respirar profundamente, a intentar poner la mente en blanco.
Provoca en mi mente unas imágenes turbadoras. A veces sales tú, a veces sale tu amiga, a veces salís las dos juntas. Me hace sudar y temblar. Me levanto y me lavo la cara. Uso el agua fría. Pero el agua fría no funciona.
La cartera, la camarera, la vecina, la antenista, la equilibrista, forman un círculo vicioso de fantasías retóricas y elaboradas que me cuestan horas de sueño, horas de descanso, horas de soledad y ascetismo.
Mi pene no me deja dormir, y por el día estoy cansado y no me fijo en nada que no sea el equilibrio inusitado de unos pechos, el diámetro exclusivo de un trasero, la sonrisa picarona y sugerente de una rubia.
Mi pene no me deja dormir y yo le hago caso.




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