KILL BILL Y BUD SPENCER

Que el cine es espectáculo, lo ha entendido mejor que nadie en los últimos tiempos Quentin Tarantino. No hace películas centradas en contar una historia buena o interesante, ni hace cine con la pretensión de crear una obra de arte total. Hace películas que sean un espectáculo y que sean divertidas, películas para que la gente pase un buen rato.

Para ello sabe combinar muchas cosas: las imágenes exactas (primeros planos, detalles pequeños, movimientos de cámara), los diálogos ingeniosos, la música (siempre ha sabido encontrar la canción concreta para el momento concreto de la película) y las imágenes que la gente quiere ver, sin ocultar la violencia, regodeándose en imágenes que el público quiere ver, en imágenes que la gente va a vitorear en el cine.

Cuando Mamba Negra ha matado ya a los primeros yakuzas, y ha acabado con Gogo, ayudada un poco por la suerte y justo antes del duelo final con espadas bajo la nieve (duelo final que parodiaron Pereza en el vídeo Estrella Polar), el karaoke japonés se llena hasta los topes de yakuzas con traje negro y antifaz, espadas al aire, que quieren matarla.

Ese momento, Uma Thurman de amarillo ajustado, espada en mano, acabando poco a poco con sus enemigos, es exacto al momento en que Bud Spencer se enfrenta a otro montón de mafiosos, o pistoleros o malos de diversa consideración en sus películas. Le veremos no cortar miembros con su espada, sino abrir la mano y dar bofetones, o puñetazos en todo lo alto de la cabeza. Le veremos acabar con el mismo hombrecillo una y otra vez.

Mamba Negra y Bud Spencer ruedan la misma escena. Muchos contra uno y ese uno que sale victorioso. Escenas rodadas con humor, con detalles, con más o menos precisión. Y si no nos enfadamos y Kill Bill son la misma película en ese trato del metraje.

Porque las películas de Bud Spencer, como las de Tarantino, son espectáculo, son diversión, están hechas para buscar la carcajada y el aplauso del público. Y lo conseguían, igual que consigue al fin su venganza la Mamaba Negra.

Tarantino ha sabido ver lo bueno en las películas de otros, lo ha cogido, lo ha mejorado, lo ha hecho más espectacular y ha hecho películas que sean los que se espera de ellas: películas muy divertidas.

(Kill Bill volumen 1 y 2, Quentin Tarantino,

Y si no nos enfadamos, Marcello Fondato

Estrella Polar, del disco Aproximaciones, Pereza)