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jueves, abril 25, 2013

MATAR A UN MOSQUITO NO ES NADA FÁCIL

Matar a un hombre no es nada fácil. Yo no lo he intentado nunca, pero las mil veces que he pensado en hacerlo lo he descartado porque no era capaz de elegir las armas oportunas para acabar con ese miserable. El lanzallamas es mi arma predilecta, pero me pillarían en seguida. No puedes ocultar muchas pruebas cuando matas con un lanzallamas. Además, ¿Dónde se compra un lanzallamas? Es una pregunta seria, estoy deseando tener uno.

Total, que entre mi moral asquerosa y los inconvenientes materiales, matar a un hombre es muy difícil. Pero esta noche he comprobado que matar a un mosquito es mucho más difícil. La motivación no importa para nada, aunque en este caso es que no me dejaba dormir. Abrí la ventana un momento para ver el eclipse de luna y el maldito se coló en la habitación.

Lo peor no era que me picara, era su zumbido en el oído. Parecía que un portaaviones yanqui quisiera bombardearme. Yo levantaba la cabeza y el maldito se escondía. Apagaba la luz. Me picaba. La encendía, me rascaba y le buscaba. Desaparecía. Decidí dejar la luz encendida para que viniera a la bombilla y ahí tenderle una emboscada, pero me picó otra vez.

Mi táctica siguiente fue ofrecer mi cuerpo desnudo al mosquito para que se hinchara bien de sangre y así pillarle más gordo. Me picó muchas veces. Pero no dejaba ser supersónico. Me pasaba por la oreja. Me picaba en el hombro. Apagaba la luz y volvía. La encendía y se escondía. Me dolió reconocerlo, pero el mosquito era más listo que yo.

Desesperado urdí un plan maestro. Un plan genial. El plan de todos los planes. Fui a la cocina, saqué la botella de whisky y me emborraché como un prusiano del norte. Y ya borracho le grité al mosquito “Ven, ven ahora, maldito” vino y me picó, varias veces. Ese era mi plan, ya estaba donde le quería, tan borracho como yo. Ahora volaba despacio y haciendo eses por la habitación, hasta se estampó contra los cristales.

Pero no pude matarle. Cuando bebo me pongo muy sociable y acabé gritándole que le quería y que era mi mejor amigo. Al final me dormí o de desmayé, no lo recuerdo bien, pero cuando me desperté el mosquito no estaba y a mí me dolía la cabeza y el resto del cuerpo porque lo tenía lleno de picaduras. Para esta noche he comprado vodka, que deja menos resaca.




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