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miércoles, mayo 01, 2013

SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR Y EL VITALISMO

Siendo una obra corta, una de esas novelas que llamaríamos breves, al estilo de El corazón de las tinieblas y Otra vuelta de tuerca, San Manuel Bueno, mártir, es tal vez la obra más leída de su autor, Miguel de Unamuno. Su carácter de lectura obligatoria en COU y más tarde en el Bachillerato la han convertido en lectura que muchos han tenido que hacer.

La producción novelística de Unamuno sin ser especialmente amplia, sí cuenta con muchas más novelas, de mayor extensión que San Manuel, pero en esta obra se concentran muchos puntos comentables, contiene gran cantidad de referentes literarios y filosóficos que hacen de ella un instrumento útil a la hora de trabajar en su texto.

Lo más sorprendente de la novela es su vitalismo. La obra de Unamuno no está marcada por la alegría y la vitalidad, sino más bien por un gran pesimismo que además se exalta en tragedias horribles, como la de don Avito en Amor y Pedagogía o la de La tía Tula.

Pero San Manuel bueno, escondiendo en su interior una gran tragedia, nos enseña una cara distinta de la vida. San Manuel vive su vida pidiendo a los demás contento de vivir, alegría, risas. Pero además de pedirlo, trata de procurarlo para los demás. Esa vitalidad se eleva sobre el resto de cuestiones vitales: el nihilismo, la inexistencia de Dios, la falta de fe, la hipocresía, la mentira.

La felicidad y el bien común son puestos por encima de todo por parte de Lázaro y de San Manuel. Nadie debe saber la verdad, sino mantenerse alegres y vitales. El gran secreto de la vida es que ha de ser vivida. Por eso huyen los personajes de la quietud y de la soledad, del pensamiento y las conversaciones.

Es cierto que el vitalismo que exalta San Manuel es falso. Pero precisamente su sacrificio se manifiesta ahí, en que hace un esfuerzo supremo para ocultar la verdad y que la vida siga siendo vivible, siga siendo alegre, se siga queriendo vivir. Es en ese sentido en el que el párroco es un santo, en el sentido vitalista y casi estoico de la vida: saber qué es lo que hay y pese a ello tratar de luchar contra todo, con las pocas armas que se tienen: la vida y su alegría.

Muchos conflictos se esconden en esta corta novela cargada de simbolismo y de paradojas, pero el que destaca una y otra vez es este de la vida que debe ser vivida, pese al impulso del suicidio, pese al impulso de la negación y la resignación a la nada. La vida y la felicidad están por encima de todo. Hasta de uno mismo. Por eso San Manuel, además de bueno, es mártir.

(Hay muchas ediciones de San Manuel Bueno, mártir, destaco dos, la de cátedra, con una gran edición de Mario Valdés (8 euros), y la de Alianza, acompañada del texto autobiográfico Cómo se hace una novela y con presentación del texto por Paulino Garagorri (8 euros))





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