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miércoles, agosto 14, 2013

EL EXCESO DE COMUNICACIÓN

Pegados al whatsapp, al facebook o al twitter, emitimos continuamente, nos comunicamos continuamente, pero corremos el riesgo de sobreexposición, de hacernos repetitivos. Homer Simpson habla de la comunicación, del exceso de comunicación como problema de las parejas, aunque podemos extenderlo a problema en el mundo en general.

Hablar continuamente, estar en contacto con nuestros amigos, con nuestra pareja, hace que emitamos información una y otra vez. Puede que en muchos casos lo que digamos no sea información, puede que sea simplemente ruido comunicativo, en ese caso no estamos en los peores.

Llega un momento en que la información se agota. Ya no puede contarse nada más. ¿Nada más? Nada más, tenemos que decir. Pero aún así seguimos conectados, seguimos emitiendo ante el peligro de empezar a decir cosas que no convienen.

El exceso comunicativo eleva la posibilidad de contravenir las normas de la comunicación de Grice. Hablaba Grice de unas normas básicas: no de información que no le pidan, no de información de la que no esté seguro, sea relevante, aténgase a la conversación que mantiene y la última, intente ser claro.

Estas normas, cuando estamos emitiendo por varios canales durante tanto tiempo y con emisores iguales o similares todo el rato, tienden a romperse. La repetición es la primera ruptura. Es muy fácil repetirse. Dar información no relevante es muy sencillo: las redes sociales están llenas de información casi sin importancia. Ser claro también es fácil de romper. Quién no se hace el interesante.

Pero el problema de verdad llega con la veracidad. Esté seguro de lo que dice, de que lo que dice es real. Lo probable en el lenguaje está muy cerca de lo posible. Cambiar un tiempo verbal hace que algo que tal vez pudiese suceder sea seguro, haya pasado y sea incontrovertible.

El exceso comunicativo, rompiendo las normas de Grice, puede convertir las relacione sociales y personales en un infierno. Aburriendo a los amigas y a la pareja, mintiendo o exagerando la realidad, expresándonos de una manera oscura o incorrecta y dando información sin importancia.

Sin embargo, el hombre es un ser comunicativo, un ser que ha inventado el lenguaje y miles de formas de transmitirlo. ¿Cómo es posible por tanto que dejemos de hacerlo? ¿Cómo no romper las normas de Grice? ¿Cómo no emitir continuamente? La desconexión, me temo, es imposible.



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