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martes, octubre 15, 2013

SIN CONCIERTOS

Los datos son evidentes. En Madrid cada vez hay menos conciertos y cada vez menos salas donde los músicos pueden actuar. Los trámites burocráticos para que un grupo toque en una sala se eternizan. Se eliminan festivales. Se pierden fondos para las orquestas sinfónicas. Los músicos callejeros tienen que pasar un casting.

Todo se vuelve más difícil en la ciudad que antes era referente en la música española. La movida murió. Y si ahora quisiera resucitar la matarían. Ninguna gran banda internacional viene a Madrid. Si antes Muse, Alicia Keys, Norah Jones o Cold Play venían a Madrid, ahora sólo Bon Jovi y como gesto de afecto a sus fans. Y sin cobrar.

Los problemas se suceden por todas partes. Políticos incapaces. Burocracia que aumenta. Vecinos en queja. Subida de impuestos. Bajada de presupuestos. Eso lleva a que músicos que antes llenaban Vistalegre ahora den conciertos en bares. No es sólo un cambio de rollo. Es una manera de ganarse la vida.

Madrid es cada vez más una ciudad culturalmente aburrida. Si antes cada mes había un concierto mínimo que desearías ver, un concierto de cualquiera que fuera tu estilo o tu gusto, ahora hay que esperar meses y meses. Y la programación se asemeja a la de un ciudad pequeña como Toledo, donde se repiten los conciertos madrileños con un par de semanas o meses de diferencia.

Antonio Vega, Los Secretos, Joaquín Sabina y muchos otros empezaron tocando en salas de Madrid. Ahora no se puede tocar ni en la calle. Las tiendas abren 365 días al año para dinamizar la economía, pero no se puede cantar en la calle. No se puede dar libertad a las salas que mantienen al sector.

Desde la industria musical han hecho mucho para que su producto languidezca. Poca originalidad. Artistas que no lo son. Poco talento. El público y su situación tampoco ayuda. Sueldos bajos. Muchos gastos. Pero cada vez es más caro y más difícil disfrutar de la música en directo. Y cada vez es más difícil que tu grupo toque en Madrid.



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