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domingo, octubre 06, 2013

VIAJES NARRATIVOS: LONDRES

Es imposible en un solo viaje recorrer todo Londres. Ni siquiera en un solo viaje narrativo. Hay tantos Londres narrados, tantas historias londinenses, del pasado, del presente, del futuro, que se hace difícil elegir qué visitar, qué ver en la ciudad capital de un imperio y de un idioma y de una literatura y una cultura que llena y sigue llenando nuestras vidas.

El Londres más moderno y más real está tal vez en las novelas de Nick Hornby. Las clases medias que viven en edificios de apartamentos, que mantienen vidas pegadas a los pubs y sus trabajos y sus aficiones es la que relata Hornby en sus novelas, que son mitad realistas, mitad irónicas. En Picado, Fiebre en las gradas o Cómo ser buenos relatan ese Londres normal y cotidiano que podríamos vivir si fuéramos súbditos ingleses.

El más clásico, el más recordado, es el Londres de Jack el Destripador. Un Londres oscuro y feo. Con su niebla omnipresente y sus barrios bajos, sucios, plagados de prostitutas y trabajadores baratos llegados con la promesa de un mantenimiento económico, que se pasan la vida en una fábrica y que luego rondan las tabernas y a las chicas que se venden en ellas. Ese Londres con hollín en las paredes y con caras negras por la suciedad. Ese Londres en el que acecha un asesino en la esquina, un cuchillo que brilla, un resplandor mínimo. Ese Londres es el que Alan Moore y Eddie Campbell en From Hell. Con una nueva edición integral, con los errores de las anteriores corregidos y por menos de 30 euros, podremos visitar las entrañas de la ciudad que arrancó el anónimo destripador.

Ese mismo Londres, el del misterio y las adivinanzas, es el de Sherlock Holmes. En las novelas de Conan Doyle, el maestro de la deducción y del pensamiento razonado, el que puede saberlo todo de ti sólo con verte un momento, se nos muestra un Londres civilizado. Asesinatos y robos y leyes que se quebrantan, pero siempre entre caballeros, entre gentes civilizadas, en una burguesía que aún mantiene su estatus. La descripciones de la ciudad y sus gentes nos acercan un Londres amable, pues uno de los mayores héroes de Inglaterra protege, con su trabajo investigador, a sus ciudadanos.

El último Londres que visitaremos en nuestro primer viaje a la capital inglesa es el interior. El de las mansiones de la burguesía. Ese es el Londres al que expondrán a Elisa Doolitle el profesor Higgins. My fair Lady. Una apuesta entre dos hombres cultos: hacer pasar a una florista de la calle con sus malos modales y su acento barriobajero por una distinguida señorita en un baile típico. Una apuesta que se gana. Y un Londres diferente, el de las mansiones y el té, el de los hombres de ciencia, asentimentales, aspergers, habitantes de sí mismos. Londres y sus carreras de caballos y sus vestidos lujosos. El gran Londres de lujo y diversión y criadas que cuidan de viejos excéntricos.

Un pequeño bosquejo, apenas un fin de semana en la gran ciudad, en la City que año tras año enamora al mundo con su recreación constante, con sus gentes y sus músicas y sus modas.






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