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martes, abril 15, 2014

EL DESHUMANIZADO SUPERMAN

Si en la ficción hay un personaje con el que es difícil trabajar es con Superman. Héroe sin aristas, demasiado deshumanizado en casi todas sus facetas, hacer empatizar al receptor con el hombre de acero es muy difícil.

Para eso hay que rehumanizarlo, convertirlo en uno de nosotros. Pero el gran problema reside entonces en que deja de ser el hombre perfecto, el hombre que puede con todo y que hace siempre lo correcto.

Para ello sus guionistas han debido usar el recurso que sirve para rehumanizar a cualquiera, incluso a Don Juan, el amor. Lois Lane y el armor que Superman le tiene es lo que le hace más humano, más vulnerable, más parecidos a nosotros.

Aparte de eso, Superman tiene otra complejidad, la de ser un dios en vida. Y tanto es así, que incluso actúa como el mismo Dios, otorgando a los mortales libre albedrío para vivir, equivorcarse y delinquir. Lo sencillo y lo que tal vez sería más práctico, sería que Superman creará una dictadura en la que él es el quien propone las leyes, las vigila y las hace cumplir.

Esa dictadura del superhéroe sería perfecta, con un mundo que funciona según la ley y según el miedo a las represalias que son vigiladas por alguien que lo puede todo, que casi lo ve todo y lo oye todo. Incluso por alguien que tiene tanta fiabilidad y tanto predicamento entre los demás que se piensa que no puede equivocarse, que no puede errar.

Ese perfecto gobierno de Superman, parecido al que pedía Platón en su República, sería el idea para todos. Pero él, siempre bueno, siempre respetuoso de las leyes, no puede concebir un mundo en el que nadie mande por encima de los demás. Incluso ahí impide a los guionistas crear un personaje humano.



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