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miércoles, junio 25, 2014

EL CONCIERTO DE LOS ROLLING, UNA REFLEXIÓN

Una carrera tan larga como la de los Rolling Stone da para mucho, para muchos, muchos discos y para muchos, muchos temas que se quedan en el imaginario colectivo y que son recordados por muchos durante mucho tiempo.

Ese es el resorte que lleva a muchos a ver en directo a un grupo que dejó de ser música hace mucho y que se convirtió en dos cosas: una leyenda y una multinacional. Una leyenda, porque ya no necesita hacer nada, sólo mostrar lo que un día hizo.

Una multinacional porque sus conciertos más que ninguna otra cosa son un gran negocio: un negocio para la ciudad y el recinto que acoge el espectáculo, un negocio para los promotores, un negocio para la discográfica y un negocio para el grupo.

Por otra parte, para los asistentes a los conciertos es un momento único en su vida, un momento que comparten con una leyenda, con un mito, con algo que sólo está en el imaginario individual.

El concierto de esta noche es para muchos espectadores cumplir su fantasía, cumplir su sueño y sobre todo, aprovechar la oportunidad de hacer algo único, algo que no podrán repetir. Los rumores de otros conciertos del grupo permanecen. Los ecos de sus discos. De su vida tan mítica como sus canciones.

Por eso, el concierto de esta noche va más allá de la cultura, de la música, del espectáculo, es un acontecimiento único en la vida de los espectadores. Una historia que contarán y repetirán. Más allá de la música. Más allá de la valía del grupo. Más allá de todo, el concierto de esta noche va directo a la imaginación de los espectadores. ¿Qué significa para el grupo? Algo muy distinto.


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