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martes, septiembre 02, 2014

RESURRECCIÓN DE PERSONAJES, UN NUEVO POIROT


La propiedad de determinados personajes ficticos es compleja. El autor es su propietario sin duda ninguna. Él los creó y les dio las características propias que los han hecho ser populares. Pero el público pronto los coge cariño y se siento ya no identificados, sino en cierta forma propietario del personaje.

Esa propiedad hace que los personajes puedan o no sobrevivir a sus autores. Sherlock Holmes por ejemplo ha tenido muchas vidas después de que Conan Doyle decicierá deshacerse de él. La continuidad o no de los personajes, depende, en muchos casos, de los propietarios de los derechos y no de los autores.

¿Deben continuar vivo ese personaje? La cuestión es fácil, si el autor así lo quiere, sí. Si el autor no quiere que sea así, no. Cevantes escribió la segunda parte de El Quijote para acabar con las continuas continuaciones de su novela, sobre todo con la mejor y más famosa, la de Avellaneda. Y por eso mata a su personaje, para que no pueda vivir más allá, en las páginas de otro. Aunque de poco le sirvió, pues El Quijote y Sancho perviven casi hasta nuestros días.

Ahora una autora ha escrito una nueva novela de Hércules Poirot, el detective más famosos de Agatha Christie. La propia Christie acabó con la vida del detective, pero sus descendientes han aprobado esta nueva obra y la autora ha decidido situar la historia antes de que esa muerte se produjera.

Esto hecho, tan raro en el mundo de la novela, se da continuamente en otros sectores culturales: las series de televisión tienen en ocasiones un escritor distinto por capítulo, pero siguen manteniendo el mismo carácter, siguen siendo los mismos e incluso evolucionan hacia el mismo sitio. En los cómics son muchos los autores que toman un personaje y dan su visión e incluso cambian su historia como hizo Alan Moore con La Cosa del Pantano.

En literatura, que siempre parece una cosa más seria, y sobre todo inamovible, no suele cambiar un personaje de autor. Pero tal vez venga bien cierto aire de renovación que permita nuevas visiones sobre personajes ya estereotipados. Resucitar y revisitar ciertos clichés tal vez ayude a dos cosas: modernizar a los personajes y también recuperar lectores. Al cómic y a las series de televisión parace que el formato no les va mal.



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