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miércoles, octubre 15, 2014

RADIOGRAFÍA DE LA AMBICIÓN: EL HALCÓN MALTÉS

La ambición desmedida, ese mal tan humano, no es algo actual, aunque parezca inventada para estos tiempos nuestros, sino que desde hace mucho tiempo forma parte de la vida humana y parte también de nuestro legado cultural.

En El Halcón Maltés Dashiell Hammet escribe un tratado sobre la ambición, más allá que sobre la avaricia. Tres personajes que buscan una estatuilla supuestamente muy valiosa se enzarzan en una carrera y en una pelea por conseguirla que les hace ir más allá de las consideraciones humanas, llevándoles a circunstancias inhumanas y también a sobrepasar la mera avaricia de conseguir y vender el tesoro.

Llegados a un punto, los protagonistas negativos de la novela no piensan en el tesoro que les deparará la consecución del halcón, sino en conseguirla por encima de todo, para poseerla de una manera irracional.

Ante ellos Sam Spade, un detective irónico, duro y seductor, que con su distancia ante la situación intenta hacerles caer en la trampa de su propia ambición. Un detective que no es como el agente de la continental, que usa más la seducción, que tiene un lado ambiguo continuo que no vemos en el otro personaje de Hammet.

En la película, al final, Spade, interpretado por Bogart dice que el pájaro está hecho del material del que se hacen los sueños. Y esta frase, que no está en la novela, define a la perfección el ensueño que el halcón produce a los protagonistas, la ambición sin medida que acaba con ellos.

Esa ambición esa avaricia y ese ansia de riqueza que sigue atacando, parece que más que nunca, al mundo actual. Esa ambición que acaba con muchos y que produce vergonzantes comportamientos en nuestros congéneres.


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