Publicidad

sábado, diciembre 27, 2014

SPIDERMAN Y LA PÉRDIDA


Picado por la araña y superhumano. Así es Spiderman. Con poderes de fuerza, recuperación, falta de dolor. Su cuerpo sufre, pero se recupera rápidamente. Su mente y su corazón sufren mucho más y son más difíciles de recuperar. De entre todos los superhéroes, tal vez sea Spiderman el que más relación tiene con la pérdida.

Huérfano desde pequeño, vive con sus tíos mayores, pero incluso su tío Ben, su referente moral, muere al poco de conseguir él sus poderes y por su culpa, una culpa que sabrá encauzar recordando siempre el mensaje que su tío le dio: un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Pero por si fuera poco, Spiderman, Peter Parker, pierde a su mejor amigo, Harry Osborn, que se transforma en su enemigo y que le culpa de todos los problemas de su vida. Pierde Spiderman también el consuelo de la amistad.

Y la pérdida más dura de todas, la del amor. El duende verde mata a Gwen Stacy, su gran amor, la chica que sabía que él era Peter Parker, la que quería más a Peter que a Spiderman. En Marvels, la era de los prodigios, Kurt Busiek propone la muerte de Gwen Stacy como gran punto y aparte en la mitología Marvel y también como un inicio de una etapa diferente en el mundo heroico. La muerte de los seres queridos llega a esa realidad paralela de los cómics y se lleva por delante la ilusión del protagonista de Marvels.

El pobre Peter Parker, siempre irónico en sus peleas, siempre buscando el lado divertido de la vida, se ve azotado constantemente por la pérdida, por el dolor, que además se ve contrapuesto por su capacidad superhumana, por su fortaleza corporal que permite a su cuerpo afrontar casi cualquier reto.

La condena de Spiderman es la de perder a la gente, la de estar solo, porque su poder, además de una gran responsabilidad, le lleva a la soledad y el dolor. Y en un ejemplo de estoicismo y aceptación, de ser humano dentro de un cuerpo superhumano, Parker sigue siendo Spiderman, sigue ayudando a los demás, sigue siendo el héroe por fuera y el gran perdedor por dentro.




No hay comentarios: